La mayoría de nuestras publicaciones se centran en la nutrición y otros mediadores de la función cerebral a los que se hace referencia comúnmente, como el sueño y el ejercicio. Sin embargo, hoy cubriremos tres variables subestimadas que también tienen un marcado impacto en tu cabeza. Estas son dinámicas en las que probablemente no pienses regularmente, pero que pueden tener implicaciones cognitivas enormemente positivas si se abordan adecuadamente.
1. Temperatura y luz
Puede que no te des cuenta, pero el medio ambiente es un determinante enorme de la productividad. Empecemos por la temperatura. Según múltiples estudios , el ambiente de trabajo óptimo es entre 70 y 77 grados Fahrenheit. Un estudio encontró que los empleados cometían un 44% más de errores en una oficina más fría (68 grados). El problema de las bajas temperaturas parece ser doble: distracción y desviación de energía del cerebro hacia el calentamiento del cuerpo.
Nota: Sin embargo, no olvidemos que la exposición intermitente al frío puede tener enormes beneficios .
Un segundo modulador de la concentración y el bienestar es la luz. El cerebro tiene una clara preferencia por la luz natural frente a la artificial, y las implicaciones de a cuál estás expuesto son claras. Un estudio reciente encontró que las personas expuestas a la luz del día estaban más alerta durante la noche que sus pares. Otro estudio encontró que los trabajadores expuestos a ventanas dormían 46 minutos más por noche y reportaban menos problemas físicos. ¡Así que no olvides tomar esos rayos!
2. Ruido
Los investigadores han debatido durante décadas sobre si cierta música puede mejorar el pensamiento. La respuesta parece insatisfactoria: depende. Digamos que trabajas en una oficina moderadamente ruidosa en la que escuchas a regañadientes conversaciones, gente caminando, etc. Un estudio de la Universidad de Illinois encontró que las personas en este contexto aumentaron su producción en un 6,3% cuando escuchan música mientras trabajan. Las melodías sin palabras con sonidos de la naturaleza parecen ser más efectivas aquí.
Pero si tu entorno de trabajo es más tranquilo, puede ocurrir lo contrario. Otro estudio encontró que 56 empleados que trabajaban en tareas básicas de computadora eran más productivos sin música. Por lo tanto, usted realmente tiene que tomar una decisión: ¿su lugar de trabajo es lo suficientemente ruidoso como para que el tipo de música adecuado pueda “ahogar” la cacofonía? Si es así, empieza a tocar. Si no, el silencio puede ser el camino a seguir.
3. Olor
En muchos sentidos, el olfato es el sentido más fuerte que tenemos. Los bulbos olfativos al final de nuestras cavidades nasales son parte del sistema límico y se conectan directamente a las áreas del cerebro responsables del procesamiento y el aprendizaje de las emociones. Esta es la razón por la que los olores suelen desencadenar recuerdos. El olor también puede tener poderosos efectos sobre el estado de ánimo y la concentración.
Aquí hay algunos aromas que debe considerar tener a mano y sus supuestos efectos:
- Limón: Un estudio japonés encontró que el aroma de limón mejoraba la precisión de escritura de los trabajadores, lo que resultaba en un 54% menos de errores. Un estudio del estado de Ohio encontró que los niveles de norepinefrina de las personas, una sustancia química cerebral involucrada en la función ejecutiva, aumentaban cuando olían limón.
- Jazmín: Numerosos estudios han relacionado el jazmín con una sensación de ser a la vez aguda y serena. Además, las investigaciones muestran que la inhalación de jazmín desencadena ondas beta que nos hacen sentir bien en el cerebro y puede mejorar el tiempo de reacción.
- Romero: Este es el aroma de la memoria. Según una investigación realizada por el Dr. Mark Moss, jefe del departamento de psicología de la Universidad de Northumbria, inhalar romero puede aumentar la capacidad de memoria en un 10% o más.
- Menta: Varios estudios han demostrado que la menta reduce la fatiga y la frustración, y aumenta la concentración y la claridad. ¡Incluso se ha demostrado que mejora el rendimiento deportivo!
La exposición a estos aromas se puede lograr de varias maneras, según las preferencias y el entorno. Por ejemplo, encender una vela de jazmín con aroma natural funciona muy bien en la sala de estar, pero sería mejor tomar té de jazmín en la oficina. Para una opción de aplicación universal, intente frotar aceites esenciales en sus palmas.